CANTINA EL CANTÓN (Cubillas de Arbás)
En el precioso pueblo de Cubillas de Arbás, cerca del Puerto de Pajares, encontramos la cantina "El Cantón".
Se trata de una casa situada al final del pueblo, cerca de la iglesia que dibuja la silueta de su campanario frente a las imponentes montañas que rodean el valle. Por fuera es la típica casa de piedra, característica de la montaña leonesa, por dentro es un sitio acogedor, con decoración muy rústica y rincones que nos transportan a otras épocas.
Nos atiende una chica muy amable que nos ofrece el menú del día que es lo único que trabajan en este restaurante, nos da a elegir entre cinco primeros de los que escogemos guisantes con jamón y morcilla y otros tres segundos platos, entre los que nos quedamos con la caldereta de cordero, recomendada por la dueña, y el solomillo a la mostaza.
Mientras esperamos, nos trae como entrante unas croquetas caseras de jamón, muy cremosas y nada grasientas.
Acabado el entrante no tardan en llegar los primeros platos. Los guisantes con jamón bastante normales, la morcilla muy rica para mi gusto, con un toque picante y bastante sosa que es algo que personalmente valoro en una morcilla.
Las raciones son espectaculares en cuanto a cantidad.
Una vez acabados los primeros platos, llegaron los segundos.
El solomillo a la mostaza era una buena ración y tenía una salsa muy original de mostaza y hierbas aromáticas, venía acompañado de patatas cocidas.
La caldereta de cordero, pese a que estaba buena y la ración era muy abundante, no ha sido de las que más nos han gustado.
El sabor del guiso era bastante corriente, todo venía acompañado de una abundante ensalada.
De postre tenían tarta de galleta con chocolate o de natillas, pedimos solo una de galletas porque no había sitio para más... Estaba buena, sin ser nada espectacular.
El precio del menú es de 15 €, pese a no tratarse de un menú barato, nos parece que el precio es adecuado para la cantidad y calidad del producto que se ofrece.
ENTORNO: 7
SERVICIO: 8
COCINA: 6
PRECIO: 8
CALIDAD/PRECIO: 7
Se trata de una casa situada al final del pueblo, cerca de la iglesia que dibuja la silueta de su campanario frente a las imponentes montañas que rodean el valle. Por fuera es la típica casa de piedra, característica de la montaña leonesa, por dentro es un sitio acogedor, con decoración muy rústica y rincones que nos transportan a otras épocas.
Nos atiende una chica muy amable que nos ofrece el menú del día que es lo único que trabajan en este restaurante, nos da a elegir entre cinco primeros de los que escogemos guisantes con jamón y morcilla y otros tres segundos platos, entre los que nos quedamos con la caldereta de cordero, recomendada por la dueña, y el solomillo a la mostaza.
Mientras esperamos, nos trae como entrante unas croquetas caseras de jamón, muy cremosas y nada grasientas.
Acabado el entrante no tardan en llegar los primeros platos. Los guisantes con jamón bastante normales, la morcilla muy rica para mi gusto, con un toque picante y bastante sosa que es algo que personalmente valoro en una morcilla.
Las raciones son espectaculares en cuanto a cantidad.
Una vez acabados los primeros platos, llegaron los segundos.
El solomillo a la mostaza era una buena ración y tenía una salsa muy original de mostaza y hierbas aromáticas, venía acompañado de patatas cocidas.
La caldereta de cordero, pese a que estaba buena y la ración era muy abundante, no ha sido de las que más nos han gustado.
El sabor del guiso era bastante corriente, todo venía acompañado de una abundante ensalada.
De postre tenían tarta de galleta con chocolate o de natillas, pedimos solo una de galletas porque no había sitio para más... Estaba buena, sin ser nada espectacular.
El precio del menú es de 15 €, pese a no tratarse de un menú barato, nos parece que el precio es adecuado para la cantidad y calidad del producto que se ofrece.
ENTORNO: 7
SERVICIO: 8
COCINA: 6
PRECIO: 8
CALIDAD/PRECIO: 7
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