La venta de Remellán
La celebración de una jubilación nos llevó a este lugar que se encuentra saliendo de Boñar hacia el pantano del Porma, cerca del famoso Museo de la Fauna Salvaje de Valdehuesa.
Se trata de un lugar con aspecto tradicional y rústico, el comedor no es demasiado amplio y resulta muy acogedor.
El servicio es eficiente y rápido, aunque hay que decir que tardaron bastante en traer el vino, casi habíamos acabado ya el primer plato, lo mismo ocurrió al traer el tinto para las carnes.
La carta no es demasiado extensa y es todo cocina tradicional, nos ofrecieron a elegir entre 6 primeros y otros tantos segundos, hubo variedad de elecciones con lo que pudimos tener una opinión de gran parte de la carta.
Resultaron exquisitas las patatas con congrio y almejas, también gustó mucho la menestra y la tortilla. De los segundos platos sólo se oyeron alabanzas, además de abundante la carne estaba exquisita, destacaríamos el lechazo asado, que se deshacía en la boca, el chuletón y el solomillo también estaban de lujo, el solomillo quizás un pelín por encima del punto. Los postres resultaron lo más mediocre de la comida, sin ser malos, no estaban a la altura del resto, se pidió tarta de queso y crema de limón.
Para acompañar los primeros se pidió un godello de las bodegas Luna Beberide y con la carne un Villacezán de 12 meses, ambos buenas elecciones.
El precio no llegó a los 25 euros por persona, nos resultó sorprendentemente barato para lo bien que comimos, es seguro que nos dejaremos caer por allí en más ocasiones.
ENTORNO: 6
SERVICIO: 6
COCINA: 8
PRECIO: 10
CALIDAD/PRECIO: 8
Se trata de un lugar con aspecto tradicional y rústico, el comedor no es demasiado amplio y resulta muy acogedor.
El servicio es eficiente y rápido, aunque hay que decir que tardaron bastante en traer el vino, casi habíamos acabado ya el primer plato, lo mismo ocurrió al traer el tinto para las carnes.
La carta no es demasiado extensa y es todo cocina tradicional, nos ofrecieron a elegir entre 6 primeros y otros tantos segundos, hubo variedad de elecciones con lo que pudimos tener una opinión de gran parte de la carta.
Resultaron exquisitas las patatas con congrio y almejas, también gustó mucho la menestra y la tortilla. De los segundos platos sólo se oyeron alabanzas, además de abundante la carne estaba exquisita, destacaríamos el lechazo asado, que se deshacía en la boca, el chuletón y el solomillo también estaban de lujo, el solomillo quizás un pelín por encima del punto. Los postres resultaron lo más mediocre de la comida, sin ser malos, no estaban a la altura del resto, se pidió tarta de queso y crema de limón.
Para acompañar los primeros se pidió un godello de las bodegas Luna Beberide y con la carne un Villacezán de 12 meses, ambos buenas elecciones.
El precio no llegó a los 25 euros por persona, nos resultó sorprendentemente barato para lo bien que comimos, es seguro que nos dejaremos caer por allí en más ocasiones.
ENTORNO: 6
SERVICIO: 6
COCINA: 8
PRECIO: 10
CALIDAD/PRECIO: 8
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