EL RUEDO II (SAHAGÚN)
En esta ocasión nos hemos desplazado a Sahagún, la zona más castellana de la provincia atraídos por la fama de sus puerros y su lechazo.
Tras un paseo por un pueblo casi desierto, con aires de pasado glorioso, nos decantamos por este sitio en plena plaza mayor, que tiene como especialidad el lechazo al horno, tan típico de esta zona de España.
El sitio es agradable, con bastante categoría, el servicio es estupendo, acorde con el nivel del restaurante, sin embargo tuvimos que esperar un tiempo considerable hasta ser atendidos.
Antes del lechazo probamos unos puerros con ventresca y anchoas que también gozan de reconocimiento nacional, sin embargo no fueron nada "del otro mundo", más bien fibrosillos y escasos.
El lechazo para dos fue servido en cazuela de barro recién sacado del horno y acompañado de patatas, el camarero se molestó incluso en cortárnoslo y servirlo, todo un detalle. No podemos decir otra cosa que exquisito, sin duda el mejor lechazo que hemos probado, con una fina costra crujiente por encima y pura crema en la boca, toda una experiencia, la única pega es que un cuarto de un cordero tan pequeño resulta un poco escaso para dos personas. Finalizamos con unos profiteroles bañados en chocolate, que aunque ricos, estaban fritos, cosa que seguro agrada a la mayoría, pero no es la forma ideal de prepararlos para mi gusto.
El precio, sin ser abusivo, es bastante elevado para lo escaso de los platos, unos 30 euros por persona, con agua, que había que conducir.
ENTORNO: 7
SERVICIO: 9
GASTRONOMÍA: 7
PRECIO: 4
CALIDAD/PRECIO:6
Tras un paseo por un pueblo casi desierto, con aires de pasado glorioso, nos decantamos por este sitio en plena plaza mayor, que tiene como especialidad el lechazo al horno, tan típico de esta zona de España.
El sitio es agradable, con bastante categoría, el servicio es estupendo, acorde con el nivel del restaurante, sin embargo tuvimos que esperar un tiempo considerable hasta ser atendidos.
Antes del lechazo probamos unos puerros con ventresca y anchoas que también gozan de reconocimiento nacional, sin embargo no fueron nada "del otro mundo", más bien fibrosillos y escasos.
El lechazo para dos fue servido en cazuela de barro recién sacado del horno y acompañado de patatas, el camarero se molestó incluso en cortárnoslo y servirlo, todo un detalle. No podemos decir otra cosa que exquisito, sin duda el mejor lechazo que hemos probado, con una fina costra crujiente por encima y pura crema en la boca, toda una experiencia, la única pega es que un cuarto de un cordero tan pequeño resulta un poco escaso para dos personas. Finalizamos con unos profiteroles bañados en chocolate, que aunque ricos, estaban fritos, cosa que seguro agrada a la mayoría, pero no es la forma ideal de prepararlos para mi gusto.
El precio, sin ser abusivo, es bastante elevado para lo escaso de los platos, unos 30 euros por persona, con agua, que había que conducir.
ENTORNO: 7
SERVICIO: 9
GASTRONOMÍA: 7
PRECIO: 4
CALIDAD/PRECIO:6
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