EL APOSTOL (CACABELOS)

Se trata de un conocidísimo lugar muy frecuentado por los peregrinos por situarse en el camino de Santiago, tienen incluso un menú especial para ellos por un precio muy ajustado.

El lugar es muy amplio aunque acojedor, está decorado al estilo rústico y las mesas son enormes, lo cual se agradece en estos tiempos. El servicio es amable y eficiente, no dudan en explicar la composición de los platos, sólo cometieron un pequeño error al traer el vino.

La carta está compuesta de un sinfín de menús que incluyen dos platos, pan, postre y café. La oferta es bastante variada, nos decantamos por unos feixós de setas y queso de cabra y una ensalada de la casa como primeros. La ensalada era refrescante pero sólo para los que gusten de mezclar frutas y yogur con la verdura. Los feixós (crepes), rellenos eran agradables aunque un tanto insípidos.

De segundo elegimos el lechazo y el churrasco a la brasa, también hubo quien nos dió a probar las chuletillas y el rabo de buey. Todo estaba más que aceptable, pero las chuletillas eran excepcionales, a destacar también las patatas fritas que tenían un sabor y un corte muy casero. Las raciones son de tamaño medio, no son escasas pero tampoco increibles, están correctas.

De postre pedimos tarta de queso y crema de limón, ambas muy sabrosas. Lo regamos todo con un Castro Ventosa, como pedía la ocasión por hallarnos en tierras bercianas, es un vino con una relación calidad/precio excepcional.

El precio se ajustó a lo esperado, algo más de 15 euros por persona, hoy en día no se puede esperar menos.

En resumen, se trata de un sitio muy aceptable para comer si nos dejamos caer por esta villa berciana.

ENTORNO: 7
SERVICIO: 6.5
GASTRONOMÍA: 6.5
PRECIO: 8.5
CALIDAD/PRECIO: 7

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