Aromas del Oza (Peñalba de Santiago)

Nota importante

No es la primera vez que ocurre que alguien que, obviamente, suponemos cercano al local analizado en nuestro blog, no acepta la crítica que, subjetiva y desinteresadamente, publicamos en León Gourmet de su local. Simplemente es que en esta ocasión la rabieta infantil que ha propiciado el ataque hacia el autor de la entrada no remite y la intención de propaganda fraudulenta e interesada es más radical que de costumbre y hemos creído oportuno y de interés para cualquier persona que se acerque a León Gourmet hacerlo saber.

Leon Gourmet es un blog que no pretende sentar cátedra con sus opiniones, sino que simplemente expresa la experiencia, siempre subjetiva, repito y es obvio que es así, y desinteresada de unas personas que, cansadas ya de la propaganda aquiescente y benévola, subvencionada por los interesados dueños de los locales, que inunda los medios, quisieron aprovechar la oportunidad de expresarse que da Internet a la gente de la calle y dar su propia versión de los hechos. Ni más ni menos.

León Gourmet se equivocará, por supuesto, pero nunca será manipulado. Encajar la crítica y mejorar, o no... eso ya es cosa de cada uno.

Pero engaños y fantochadas las justas. Ni ahora ni nunca lo vamos a consentir por respeto a nuestra ética y a nuestros seguidores, compartan estos o no nuestra opinión. Los tiempos del franquismo, el autoritarismo radical y matón, la imposición de las sagradas verdades y las vacas sagradas son agua pasada, por mucho que habite un pequeño generalísimo dentro de cada uno de nosotros que despierta cada vez que hay intereses contrapuestos de por medio. Si hay que aguantar la opinión de alguien se aguanta, que no es para tanto.

En el caso de este local ubicado en Peñalba de Santiago, nuestra opinión no ha sido completa y absolutamente mala, nunca lo ha sido en ningún sitio, aunque está claro que hemos dicho lo que nos parece congruente con nuestra experiencia en su mesa y con nuestra intención futura: no volver. Esta información es la que consideramos más relevante para compartir con cualquier persona que se acerque a aquellos bellos parajes y busque lugar donde calmar el apetito. Que alguien queda plenamente satisfecho con el sitio, ¡excelente! Nada que objetar, es más, lo suponemos incluso posible a pesar de lo que vivimos allí. Para gustos hay colores y sobre grosores de embutido o puntos de hechura de carnes y pescados no hay nada escrito, podíamos decir.

Por tanto, que nadie se sorprenda si sus comentarios no son publicados en esta entrada (o en otras, claro) ya que de una desmedida exhibición de berrinches, ofensas y mentiras es fácil colegir la autoría de ciertas personas cercanas a los intereses del empresario en que no se diga la verdad, aunque sea la nuestra, la de unos donnadies. Como es éste un plato de muy mal gusto ocurre que nosotros no lo vamos a servir en nuestra mesa.

Queda dicho.

La redacción del blog.

* * *

De nuevo por tierras bercianas, en esta ocasión nos hemos desplazado hasta la preciosa localidad de Peñalba de Santiago en el idílico Valle del Silencio. Sólo por visitar el pueblo y el valle merece la pena sufrir la penosa carretera que nos llevó hasta allí.

El pueblo es muy pequeño y no sabíamos si habría ni restaurante, así que entramos en el primero que encontramos, temiendo quedarnos sin comer.

El sitio en cuestión es una casa rural que tiene en la planta baja servicio de comidas, nos atendió una mujer que se veía que no era autóctona sino más bien oriunda de algun país centroeuropeo, esto junto con el aspecto demasiado moderno del sitio nos decepcionó un poco, pues esperábamos algo más "rural".

La carta es bastante escasa y se limita a 4 ó 5 entrantes y otros 4 segundos junto con 3 platos del día. Pedimos una de embutido y una ensalada mixta para compartir, nos aseguraron que la ración de embutido era abundante. De segundos pedimos chuletas de ternera, salmón a la noruega y gambas al ajillo.

Cuando llegó el embutido quedamos atónitos, ya que desconocíamos que existiese tecnología lo suficientemente avanzada para cortar la carne en átomos de grosor, pero podemos dar fe de que existe y en este pueblo recóndito la tienen y la usan. Al margen de la ridícula cantidad, su sabor no era malo excepto el de la cecina que estaba salada "como la pezuña". La ensalada también bastante escasa pero aceptable.

La gran decepción vino con los segundos platos que, a excepción de las gambas, estaban totalmente echados a perder, la carne correosa y seca, no por ser de mala calidad sino por estar pasadísima y con el agravante de que se pidió específicamente por debajo del punto. El salmón fue el más seco q he probado en mi vida, aún no entiendo cómo se puede lograr esa sequedad en un pescado tan graso, pero la lograron, la salsa era harina con eneldo.

De postre pedimos queso con membrillo casero, naranja con nueces y miel y lo que nos aseguraron era una exquisitez llamada San Genadio. El queso con membrillo escaso y no casero, la miel daba risa porque parecía agua sucia y el san genadio eran unos buñuelos de manzana con una bola de helado que no estaban mal, pero tampoco eran para tanto.
El vino de la casa hay que reconocer que estaba bastante bueno, era un Bierzo mencia joven muy correcto y con un precio más que asequible.

El precio fue de poco más de 20 euros por persona, no es caro pero las raciones son bastante escasas y aunque la calidad de los productos no era del todo mala hay que decir que la mano en la cocina no parecía experta.

Merece la pena ir a Peñalba de Santiago, pero la próxima vez probablemente nos llevaremos un bocata.

ENTORNO: 6
SERVICIO: 6
COCINA: 3
PRECIO: 6
CALIDAD/PRECIO: 4